El consentimiento en un contexto sexual es un acuerdo voluntario y claro entre todos los participantes para participar en una actividad sexual específica. Expresado a través de palabras o acciones afirmativas y voluntarias que sean mutuamente comprensibles para todas las partes involucradas.

​

Si no todos los participantes dan un consentimiento claro, voluntario, coherente y continuo, no es consentimiento. No hay lugar para ambigüedades o suposiciones cuando se trata de consentimiento, y no existen reglas diferentes para las personas que han tenido relaciones sexuales antes. Es fundamental pedir consentimiento antes de participar en actividades sexuales. Hablar abiertamente sobre lo que ambos quieren y establecer límites es importante en cualquier relación, independientemente de si es casual o de largo plazo.

¡Pero el consentimiento no se trata sólo de sexo! El consentimiento es algo que todos damos (o no damos) todos los días. ¿Permitiste que alguien tomara prestado tu bolígrafo? ¡Eso es consentimiento! ¿Aceptó llevar a su hijo al parque? ¡Eso es consentimiento! Hablar del consentimiento en un sentido más amplio y apropiado para la edad permite que las conversaciones más “adultas” sobre el consentimiento fluyan más fácilmente cuando sea el momento adecuado.